El rebozado es una de las técnicas de cocina más sencillas y brutales que existen. Le da un toque diferente a los alimentos porque quedan crujientes por fuera y jugosos por dentro.
Puede aplicarse para hacer croquetas, calamares, pollo, pescados y hasta para los deliciosos aros de cebolla.
A pesar de que es muy fácil, siempre existen algunos trucos para que nos quede perfecto (o casi). Toma nota.
El rebozado clásico
Es el que más se ha utilizado desde hace décadas. Resulta ideal cuando buscamos que el alimento quede crujiente, sin perder sus jugos naturales. Lo que necesitamos es un huevo, harina y agua. El pan rallado también es una excelente opción, porque da una textura mucho más crocante.
Si vamos a rebozar alimentos húmedos, debemos secar previamente la superficie con papel absorbente para que la harina se adhiera mejor.
Primero, batimos el huevo con un un poquito de agua bien fría. Sumergimos el ingrediente que queramos freír y luego lo pasamos por la harina o por el pan rallado. Es importante que el alimento esté cortado en pedazos no tan grandes. Por ejemplo, en China, acostumbran que sea del tamaño de un bocado, así pueden agarrarse con los palillos y mojar en la salsa.
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Después de pasarlos por la harina, es recomendable dejarlos unos minutos en la nevera. Esto hará que queden mucho más crujientes. Un consejo súper útil es tamizar la harina para que no le queden grumos y esté mucho más fina.
Cuando llega el momento de freírlos, debemos cuidar que tengamos abundante aceite a 180°. Para saber si está en su punto, echamos una gota de masa: si cae al fondo, todavía no es el momento, si sube a la superficie, ya podemos freír.
Los alimentos deben estar poco tiempo friéndose. Tres minutos como máximo es más que suficiente, porque no queremos que el rebozado se tueste o se queme, todo lo contrario, debe quedar con un color muy ligero.
Prueba algo diferente
Para potenciar el sabor de nuestro rebozado, podemos agregarle a la harina, perejil y ajo picados finamente. Si estás aburrido de lo mismo, o simplemente quieres probar cosas nuevas, podemos agregarle ingredientes bien interesantes.
Una alternativa al pan rallado o a la harina son los frutos secos. Sí, podemos triturar las almendras, nueces o kikos y les aseguro que quedarán maravillados con el resultado.
También podemos dejar de lado el huevo y utilizar cerveza, vodka, vino o agua con gas. La comida quedará súper sabrosa.
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¡Conviértete en todo un experto rebozando! Cuéntame tu experiencia.