El arte de cocinar tiene muchos otros beneficios que nos nutren de adentro hacia afuera.
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La cocina es considerada terapéutica; incluso, y como lo dije anteriormente, es un arte al que se le conoce como “Cocinaterapia”: No sólo por la calidad de los alimentos que ingerimos, sino por el proceso que conlleva hacerlos.
Aquí te explicaré los diferentes beneficios que ésta otorga a nuestra salud mental y emocional y que, probablemente, no conocías.
La cocina previene enfermedades cognitivas y neurológicas
Cocinar es una acción sensorial; nuestros cinco sentidos están en juego en todo momento y, por ende, se mantienen activas nuestras neuronas, evitando posibles enfermedades neurodegenerativas.
Ayuda con la depresión y ansiedad
La frase “Barriga llena, corazón contento” incluye mucho más que sólo el proceso de comer y alimentarnos.
Tengan en cuenta que, al cocinar, aprendemos nuevas recetas y habilidades que nos facilitan la tarea, lo que nos ayuda a despejar la mente, desconectándonos del mundo y dándonos un respiro de las rutinas diarias.
Construye la autoestima
Si me sigues desde hace mucho tiempo o estás de paso por aquí, sabrás que la cocina es mucho más que «comer» o preparar una receta; también es un acto de amor y de entrega, tanto para nosotros mismos como para nuestra familia y amigos.
Esta retroalimentación es la que nos permite construir una buena y saludable autoestima, sólo con el simple hecho de compartir…
Impulsa la creatividad
Imagínense que están haciendo una comida y se les olvidó un ingrediente, o tal vez tenemos un presupuesto ajustado… ¡Hay que ingeniárselas, amigos míos!
A la hora de cocinar, ponemos en práctica nuestras destrezas, pero también potenciamos la creatividad, tal vez ideando una nueva receta, o adaptándola a lo que ya tenemos en casa.
Como quiera que sea, definitivamente nos poner a agilizar la mente.
Créanme cuando les digo que no hay que ser chef ni ningún experto para cocinar; disfruten el momento y ¡diviértanse!
