Febrero es el mes de la coliflor, un alimento que ¡me encanta! y está en temporada.
Quizá lo hayas vetado de tu cocina, porque al hervirlo huele mal, pero este vegetal está llena de beneficios tanto culinarios como nutricionales que no puedes dejar a un lado.
Este vegetal pertenece a una familia de superalimentos llamados crucíferos (incluyen al brócoli, la col, el repollo y otros), que deberíamos tener presente en nuestros platos, por la cantidad de vitaminas que nos aportan.
La coliflor es increíble para cocinar por su versatilidad. Ya sea hervida, gratinada, rostizada o salteada, puede transformar por completo nuestras comidas.
Beneficios de la coliflor
Si queremos mantener nuestro cuerpo saludable la coliflor es ideal, y aquí te doy algunas de las razones principales:
– Acompaña tu dieta: Alta en fibras, baja en grasas, es una gran fuente de proteína vegetal y betacaroteno. Favorece la digestión y mantiene la sensación de saciedad.
– Potencia nuestro cerebro: Este vegetal está lleno de vitaminas del grupo B, importante para el funcionamiento de este órgano. Además la coliflor contiene sulforafano, esencial para activar las enzimas que ayudan en el tratamiento de lesiones neuronales.
-Excelente diurético: Promueve la eliminación del exceso de líquido en nuestro organismo, debido a su poca cantidad de sodio y a su alto contenido de agua y potasio.
-Amable con nuestro corazón: Contiene innumerables nutrientes antiinflamatorios y antioxidantes que mejoran tu circulación sanguínea, manteniendo tus arterias sanas.
– Combate el cáncer: Tiene elementos quimiopreventivos y antiestrógenos que atacan la aparición de células cancerígenas.
La coliflor puede ser protagonista de muchos platos, pero sólo si sabes cocinarla bien y extraer su gran sabor, aprovechando sus múltiples formas de preparación.
En mi sección del ingrediente del mes encontrarás diferentes recetas para que dejes a un lado el miedo a la coliflor. ¿Te atreves?