La pasta es un plato infaltable entre mis recetas. Ya que es sencillo y lleno de sabores deliciosos.
Sé que para algunos de ustedes se torna complicado el momento de saber cuándo está lista para servir. Y la verdad es que nadie le gusta que esté dura o muy «chiclosa». Para evitar que esto te suceda tengo para ti unos simples trucos, que te ayudarán a encontrar el punto perfecto. ¡Anota!
El agua es importantísima
La cantidad de agua es sin duda el primer paso para una pasta PER-FEC-TA (o un desastre perfecto). Generalmente se necesita 1 litro de agua, por 100 gramos de pasta. También debes mantenerte alerta y ver que el agua siempre esté hirviendo mientras se cocina. Así se mantiene en movimiento y es menos probable que se pegue.
No te olvides de la sal
La sal es un potenciador de sabor por excelencia. Debes llevar el agua a hervor y justo en este punto, agrega una cucharada de sal por cada litro de agua. Luego, vertemos la pasta, tapamos y esperamos a que vuelva a hervir para revolver. Después, revolvemos cada dos minutos.
¿Pasta al dente?
Cuando quieras saber cuando ya esté lista tu preparación, no tienes que lanzar la pasta al techo o a las paredes ¡Claro que no! Simplemente corta un pedazo y revisa la parte de adentro. Si está más clara que la de afuera, aún no está lista. Al menos que la estés horneando, que debes sacarla un poco cruda para que termine de cocinarse con el calor del horno.
Agua para salsa
Usa el agua de la cocción de la pasta en la salsa. Este tip es clave para que tu salsa quede más espesa y se adhiera mejor. Con un cucharón bastará.
Ahora que ya tienes estos trucos para que no termines haciendo mezclas extrañas con tu pasta, ¿tienes algún otro secreto para compartir conmigo?
Aquí podrás encontrar muchas recetas para que comiences a practicar, pero si quieres aprender junto a mí, y convertirte en todo un cocinero experto en pasta, preparé un curso especialmente para ti.
