El mango para mí es un verdadero «manjar de los dioses», una fruta jugosa que destaca por su sabor ácido y dulce al mismo tiempo. Y además de poderse usar en comidas saladas, puedes usarla en postres, en salsas o en ensaladas.
Aunado a esto, es sin duda una fruta muy saludable. Por sus componentes cítricos permite alcalinizar el cuerpo y aportar grandes beneficios a nuestra salud. Y de eso quiero hablarte precisamente. Aunque no de los aportes que quizá todos ya conocemos, como que es bueno para el estómago, contra la diabetes o para prevenir el cáncer. Sino de aquellos poderes ocultos que tiene este ingrediente tropical y que la hacen perfecta para incorporar a tu dieta. ¡El último es el más increíble!
¿Por qué comer uno al día?
– Mantiene los huesos fuertes: El mango es una gran fuente de vitamina K, que mejora la absorción del calcio. Por lo que a corto plazo puede ayudar a evitar fracturas, y a largo plazo enfermedades como la osteoporosis.
– Previene el asma: Esta fruta forma parte de ese grupo de alimentos que tienen alto contenido de betacaroteno. Una sustancia quizá «milagrosa» que está asociada con la prevención de enfermedades como el Cáncer o Alzheimer, pero también evita problemas respiratorios como el asma.
– Brillo a tu piel y cabello: La vitamina A es la responsable, pues el mango es rico en este nutriente. Que es responsable del crecimiento de tejidos y de la formación del cebo que da brillo a tu piel y cabello.
-Visión saludable: No te dará visión de rayos x, ni mucho menos te hará tener una vista 20-20. Aunque, debido a un antioxidante denominado «Zeaxantina» presente en esta fruta, protege a tu ojo de los rayos de luz azul, evitando hasta cierto punto la irritación y pesadez ocular.
Así que si antes te gustaba el mango, ahora deberías convertirlo en una de tus frutas favoritas. Porque, seamos sinceros, ¿conocías alguno de estos beneficios?
Si quieres tener una forma diferente para añadir el mango a tu dieta, aquí te dejo esta receta.