Una excelente receta empieza con unos ingredientes de calidad, y las berenjenas no están exentas de esto. Porque estoy seguro que no quieres un platillo con mal sabor o con muchas semillas. Tampoco creo que quieras encontrarte con un vegetal podrido y que al final debas botarlo.
Y muchas veces como compramos en el súper no podemos saber dónde, cómo, ni cuándo se cosechó el producto que queremos. Pero sí podemos conocer algunas características que nos dirán cuando están frescas, si fueron cuidadas al transportarlas o si tienen la consistencia que queremos para nuestra comida.
Por eso, quiero enseñarte tres simples técnicas para que a la hora de seleccionar tus berenjenas elijas las mejores. Eso sí, si quieres saber cuáles son ¡debes tener mucho ojo!
Deja que el exterior te hable
- Fíjate que cuando vayas a tomar tu berenjena tenga la piel muy brillante, sin manchas, arrugas, ni zonas blandas. Una forma de saber si están maduras es tocarlas, si al apretarlas están firmes al tacto, están listas para cocinar.
- El peso es bastante importante. Mientras más grandes sean, suelen tener más semillas, estar secas y su sabor puede volverse un poco más amargo. Y aunque esa sensación puede disminuir con una simple técnica que aquí te enseño, es preferible evitarlas.
- Mira muy bien el caliz (esa ramita verde con la que se sostiene la berenjena) si está muy marrón o reseco…déjala ir, no es para ti. Busca siempre las mas verdes, que es sinónimo de una mejor condición.
- Por supuesto, como casi todos los vegetales, es preferible comprarlos cuando estén en temporada. Aunque en muchos países se cultivan todo el año. Hay otros en los que su mejor cosecha se da en primavera y verano.
¿Ves que es sumamente fácil saber elegir? Aplica estas técnicas y no cabe duda que tendrás muchos platillos con mejor sabor.
Y una vez elegidas las berenjenas, sólo queda prepararlas. Entonces por aquí te dejo mi sección de berenjena para que encuentres muchas recetas.
¿Quieres más tips sobre la berenjena?