Uno de los contratiempos en la cocina es cuando nos damos cuenta de que un plato nos ha quedado muy grasoso.
En estos casos, tanto el sabor como la textura pueden hacerse desagradables y ni hablar del exceso de calorías innecesarias que estaríamos consumiendo.
Por eso, me parece una excelente idea conocer ciertos truquitos para quitar la grasa y disfrutar de la comida de la manera más sana posible.
Fritos y rebozados
Cuando preparamos cualquier alimento frito, rebozado o empanizado, podemos eliminar el exceso de grasa poniéndolo en un plato con una servilleta o papel absorbente, eso sí, esto debe hacerse enseguida salga de la sartén.
Lo dejamos reposar unos instantes y pasamos los alimentos a otro plato.
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Sopas o guisos
Si una sopa o un guiso nos quedan demasiado grasientos, solo tenemos que añadir unos cubitos de hielo dentro de la olla y remover con ayuda de una cuchara. Veremos cómo la grasa se pega de los cubitos.
Tenemos que sacarlos antes de que se derritan para evitar que el plato se vuelva más líquido y que la grasa vuelva a integrarse.
Otro dato interesante que podemos poner en práctica es utilizar las hojas de lechuga para absorber la grasa. Introducimos unas hojas de este vegetal y la grasa se pegará a ellas.
¡Así de fácil!
Reduce la grasa desde antes
Al momento de freír, si queremos que los alimentos queden menos grasientos, podemos añadirle al aceite una cucharadita de vinagre.
De esta manera, la comida no solo absorberá menos grasa, sino que además eliminaremos los olores.
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Como ven, reducir la grasa es muy posible. ¿Qué te parecieron estos tips?