El café, bendita bebida que es adorada por muchos en todo el mundo. No solo representa un producto importante en la cocina, sino que también es cultura e historia.
Un ejemplo de ese arraigo lo vemos en el café turco, emblemático y con una tradición larguísima. Es todo un arte que merece ser probado.
Hace un tiempo compartí en mi Instagram un pequeño video sobre su preparación y ahora quiero hablarte un poco más sobre él.
Sabor e historia
El café turco forma parte de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad desde el 2013. Esto demuestra la gran importancia que tiene para las personas de ese país.
Para comprender un poco más el valor de esta bebida, tenemos que considerarlo todo un ritual y parte de la vida cotidiana. Prepararlo es símbolo de hospitalidad, de una educación correcta y de refinamiento.
Cuando una persona tenga algo que celebrar, lo hará invitando un buen café a sus seres queridos, así se mantienen ligados a su pasado cultural.
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Preparación…
El café turco o café a la turca es básicamente servido sin filtrar, muy oscuro y denso.
Primero, se coloca el café y agua caliente en el cezve (tipo de cafetera), y luego hay que moverlo alrededor de una sartén caliente con arena, esto permite el control total sobre el calor. El café sube perfectamente y se sirve en una taza tres o cuatro veces.
Es una experiencia mágica… ¿qué te parece?, ¿te interesa probarlo?
