Las emociones que tenemos al ponernos a dieta

Cuando nos ponemos a dieta no sólo cambiamos nuestra figura, sino que también tenemos cambios emocionales que son importantes controlarlos, pero primero, hay que saber identificarlos.

A más de uno le ha pasado que, al empezar un régimen alimenticio distinto al que llevamos, tenemos ciertos sentimientos difíciles de sobrellevar y que a veces nos hacen querer romper la dieta y olvidar la razón por la que empezamos. Así que estos tips te ayudarán a detectar esas emociones antes de que sea muy tarde.

Euforia

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Entrar en un estado de euforia es de lo más común que le pude pasar a alguien que está empezando una dieta. Empiezan muy animados y optimista porque visualizan ese resultado que tanto quieren.

El problema llega cuando este sentimiento de felicidad es tan grande que empiezan a pesarse en la báscula muy a menudo, tomar productos que dicen ser milagrosos que, a fin de cuentas, pueden perjudicar el organismo.

Ansiedad

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Cuando te limitas a ingerir comida chatarra, dulces, gaseosas y otras comidas adictivas, es cuando tu cuerpo más lo quiere, es perfectamente normal y hay que tratar de controlarlo. Pero uno de las cosas más importantes a identificar es la diferencia entre hambre y ansiedad.

Cuando tienes hambre, puedes comer cosas sanas y saciar la necesidad. Pero la ansiedad va más allá de eso cuando tienes ganas de comer cosas que no están en tu dieta.

Desesperación

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Al ver que los resultados no llegan de un día para otro y que el proceso puede tardar hasta meses en notarse, la sensación de lentitud y de poco progreso suele invadirnos. Rebajar los kilos que quieres no pasará de la noche a la mañana, es lento y desesperante.

Hay que tomar en cuenta que esos kilos que tienes demás tampoco llegaron tan rápido que digamos, ¡así que paciencia!

Mal humor

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Una vez que empezamos la dieta y tenemos que comer una cantidad exacta y limitada de alimentos, puedes sentir mal humor, irritación y en algunos casos depresión.

Todo esto depende del tipo de dieta que lleves, en caso de ser una muy estricta y cambiante a tu rutina alimenticia, puedes sentirte irritado en ciertas ocasiones.

Si te sientes de esta manera, lo mejor sería consumir Omega 3 (puede encontrarse en los pescados y mariscos), dulces y carbohidratos, pero sin golosinas, sino frutas y carbohidratos complejos.

Culpabilidad

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Los excesos son malos, tanto de dieta, como de mala alimentación. Si un día no aguantaste y te comiste ese chocolate que tenías guardado o esa hamburguesa que tanto querías, ¡no te preocupes! Sigue adelante.

Muchos al tener ese cheat meal sienten culpa y olvidan la dieta por haberse comido algo fuera de ella. Hay que tener constancia y seguir a pesar de haber pecado.

Alegría

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Cuando por fin tras varias semanas de dieta y cambios vemos que la ropa ahora te queda, te ves mejor en el espejo y en la báscula, sentimos una alegría inmensa. Pero como no todo puede ser tan bueno, es esencial no dejarnos llevar por esta emoción y seguir con la dieta, tomándolo como un cambio de hábito permanente.

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