¿Te gustaría comerte una hamburguesa con rebanadas de oro? ¿O una pizza con toques de este metal precioso? Bueno, si alguna vez soñaste con eso, ya puedes hacerlo realidad. Claro, tienes que tener un bueeeen presupuesto.
El oro es símbolo de poder, riqueza y sobre todo, lujo. Últimamente, también está siendo utilizado en la alta gastronomía. El codiciado elemento está atrayendo a los chefs más populares de todo el mundo y decoran sus platos selectos con él.
Hoy en día, puedes degustar de un rico vino o aceites, pizzas y hasta ensaladas, decorados con oro. Por eso, le decimos la “comida de oro”.
¿Alta cocina o excentricidad?
En los restaurantes más costosos, podemos encontrar estos platillos bañados en oro. El Quintessential Grilled Cheese entró al Libro Guiness como el sandwich más caro del mundo.
Tiene mantequilla de trufa, pan traído desde Francia, champán Don Perignon, queso italiano y por supuesto, nuestro ingrediente de lujo: láminas de oro de 23 quilates.
También existen las alitas de pollo elaboradas con polvo de oro de 24 quilates. Y la hamburguesa más cara del mundo, puede costar más dos mil dólares, con ingredientes muy top entre los que destacan el caviar y el material dorado. Recientemente, han salido a la luz otros bocadillos, como donas y cupcakes, también bañados en oro.
De verdad estos platillos son todo un deleite visual…
Digerir el oro
Si te preocupa la digestión de un mineral… puedes tranquilizarte. Las propiedades de este metal precioso no son reactivas en nuestro organismo. Transita por el sistema digestivo y se elimina intacto. Pero tampoco podemos abusar de él, porque podría llegar a ser tóxico.
En realidad, todo esto de la comida de oro es más una moda que un aderezo particular a la cocina. Su uso da mucho lujo y posicionamiento social, sin embargo, no agrega ningún sabor particular a la comida.
¿Y tú? ¿Probarías unos de estos platillos con oro?