Tenemos que quitarnos de la mente que en la cocina solo preparamos comida y ya. En realidad se trata de una actividad que engloba muchas cosas, entre ellas, nuestros sentidos.
Cocinar es otra manera de expresarnos. Cuando hacemos una receta y jugamos con sabores, texturas y olores, estamos creando algo que bien podríamos describir como un lenguaje.
Alrededor de una mesa pueden cocinarse tradiciones, valores, emociones, historias… No hay festejo sin comida compartida, así que los sentimientos están muy presentes también. Podríamos describirlo como un acto social y emocional.
Con una buena comida se afianzan las relaciones personales. La comida está asociada al afecto y al cariño. Hacerle un platillo a alguien es una forma de darles amor, atención y tiempo. Por eso, cocinar es mucho más que una simple actividad.
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Podemos lograr que sea toooda una experiencia. ¿Cómo? Pues, involucrando a nuestros seres queridos y cosas que les gusten. Si no cocinamos con ellos, podemos incluirlos agregando ingredientes que sabemos que les agradan.
Entonces, si me preguntan, claro que creo que la cocina es la mejor manera de comunicarnos… ¿Todavía lo dudas?
