No es secreto que uno de los factores más importantes en la cocina, son unos buenos ingredientes. Cuando hablo de buenos, me refiero a que sean de calidad.
Frutas y vegetales frescos, carnes de primera, harinas y cereales que no estén vencidos y que no hayan sido guardados en humedad… Todo eso importa y será fundamental para que nuestro plato quede espectacular.
Los ingredientes frescos son siempre mejores para la preparación de alimentos sanos, en comparación con los procesados.
Los segundos, debemos consumirlos en el mismo día o máximo dos, porque pierden propiedades. Algunos ingredientes como las verduras, carnes, albahaca, cilantro, tomates y ajo suelen conservar su valor nutritivo cuando los cocinamos frescos.
En conclusión, el sabor de la comida es mucho mejor cuando se utilizan ingredientes frescos, ya sea que se trate de una suculenta carne para la parrilla, o unos bellos tomates para la salsa de la pasta.
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Comparación
Ahora bien, el alimento conservado no necesariamente significa poco saludable. Hay un montón que podríamos considerar sanos, como los guisantes congelados, tomates enlatados orgánicos, o la leche.
Solo tenemos que escoger la materia prima adecuada, ingredientes de buena calidad, que lleven buen sabor y generen placer a la hora de cocinar.