El calabacín es uno de mis ingredientes favoritos y eso es porque a mi mamá le encanta, entonces, tuve la oportunidad de crecer comiéndolo en muchas preparaciones distintas.
En canoas, al horno, chips, salteados o como pasta, su versatilidad es simplemente genial. Es por eso que siempre les recomiendo tenerlo en la lista del súper.
Si un día vas de compras y eliges más de calabacín que de costumbre, te tengo un súper tip para guardarlo ¡sin que se dañe!
Normalmente, lo ideal es tenerlo fresco y sin cortar en un lugar refrigerado, para que se conserve por más tiempo. Si eres de los que te gusta cortar todos tus vegetales para optimizar tiempo y espacio en la nevera, el calabacín no será tu amigo. Al picarlo, guardarlo en una bolsa hermética y refrigerarlo, a los tres días obtendrás un calabacín todo baboso. ¿Por qué sucede esto? Porque contiene enzimas que aceleran el proceso de oxidación, cambian su sabor y su textura.
¿Cuál es mi secreto?
Coloca una olla con agua a hervir, una vez llegue a ese punto de cocción agrega un colador. Corta los calabacines que desees refrigerar y agrégalos en la olla por 30 segundos. Ni más, ni menos.
¡Tranquilo, no lo estamos cocinando! Este proceso se llama blanquear, y con él, ayudamos a que el calabacín pierda un poco del agua que contiene, y a la vez no pierda sus nutrientes. Al mismo tiempo nos deshacemos de la enzima que les cometé hace ratito.
De allí los pasamos a agua con bastante hielo para cortar el proceso de cocción. Los retiramos y colocamos en una toalla para sacar el exceso de agua.
Ahora sí puedes colocarlos en el refrigerador, ¡te durarán bien conservados hasta 6 meses!
Luego de que sigas este tip, seguro tendrás muchas ganas de preparar distintos platos con calabacín, así que haz clic aquí para que puedas ver todas las opciones que seleccioné para ti.