Ten siempre en cuenta esto: de nada sirve tener mariscos de calidad, si no sabemos cocinarlos bien. Para algunos, es un plato más, para otros, es el ingrediente clave en fechas especiales.
Pero sin duda, es un alimento sabroso al que se le puede sacar mucho provecho.
Para cocinarlo, existen muchas técnicas. Sin embargo, la única que realmente debe importarnos, es aquella en la que el marisco conserve su sabor real.
En el mercado podemos comprarlos vivos, congelados o frescos, y esta última es lo más recomendable.
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La selección…
Los colores del producto deben ser vivos. La frescura también se puede apreciar a través del olor, pues siempre tiene que despedir un aroma a mar, si no es así, entonces está en mal estado.
En algunas ocasiones, bien sea por comodidad o precio, compraremos mariscos congelados. En este caso, es importante conocer que suelen estar cocidos, porque no pueden congelarse cuando están frescos.
La descongelación siempre será un punto fundamental para mantener la calidad del ingrediente. Debe hacerse lentamente y puede durar hasta un día completo.
Para cocinarlos
El primer paso es abrir los mariscos. Un método rápido para abrir almejas, ostras y mejillones es meterlos con las conchas lavadas en el microondas por unos cuatro minutos, a máxima potencia. Retiramos y terminamos de cortar con un cuchillo pequeño.
Para cocinarlos, las dos formas principales son a la plancha y cocido. También puedes hacerlos al horno o fritos.
La primera es un método muy utilizado en crustáceos con cola. Los que son de gran tamaño, los debemos cortar por la mitad. Se comienza a cocinar por la parte de la cáscara.
El segundo método se hace con agua y sal marina. De esta manera, se consigue que el marisco conserve su sabor y aroma a mar.
Hervirlos sirve muy bien si queremos hacer un caldito de esos que te levantan el ánimo. El tiempo de cocción siempre va a depender del tamaño de las piezas que estemos cocinando. Si está vivo, se debe colocar en la olla antes de que el agua haya hervido. En cambio, si está muerto, se coloca cuando esté hirviendo.
El limón es un elemento importante en la preparación de cualquier marisco. No te olvides de usarlo, porque elimina bacterias y le da un toque cítrico necesario.
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¿Sabores? Muchísimos. Los mariscos quedan exquisitos con variedad de ingredientes. Encebollados, en salsa de tomate, rebozados a la romana… Puedes darte el lujo de elegir tu favorito.
